miércoles, 17 de febrero de 2016

'El Ministerio del tiempo': una de las mejores y más originales series

 
    'El Ministerio del tiempo' en su primera temporada fue la revelación. Por fin una serie española al nivel de HBO o Netflix. Es decir, una historia original, unos actores bastante buenos, una iluminación de gran calidad y una ambientación perfecta.

    La idea de viajar en el tiempo cruzando una puerta situada en un laberinto de pasillos, ubicados en el Ministerio del Tiempo del Gobierno de España, es genial. Y según sea la puerta 110, 344, 323 o 478 viajas a la España del Naranjito, a la Guerra de la Independencia o a la España de la Inquisición.
    Ha regresado en su segunda temporada con fuerza. Si en la primera la única interpretación que me chirriaba era la de Cayetana Guillén Cuervo (y solo en algunos capítulos) en esta ocasión está impecable. Al que no veo tan en forma es a Rodolfo Sancho que se pira por una de las puertas y desaparece varios capítulos. Es un ATS, viajero del tiempo valiente y comprometido con sus compañeros, con su gracia. Muy lograda su salida temporal. Un lugar que será ocupado por Hugo Silva.

    Impecable está Ramón Langa en su papel del mariscal de campo Ambrosio Espínola, al igual que el resto de protagonistas. No en vano, el aliciente de esta serie está en el grupo. Un comando que viaja en el tiempo para evitar que la historia cambie. Por ejemplo, salvan a El Empecinado, con lo que España gana la Guerra del francés, intervienen para evitar que Himmler se haga con un arma de destrucción masiva en Montserrat, y acaban lo que el Cid empezó (había fallecido antes de tiempo).
    'El Ministerio del tiempo' es calidad, entretenimiento, misterio y fuerza narrativa. Que Guillén Cuervo viaje al pasado para disfrutar de diversas novias sin que la molesten o que Sancho intente salvar a su novia a principios de los 90 es una delicia. Al igual que ver desfilar a Velázquez, Lorca, Dalí, Buñuel... 

    Este producto 'made in Spain' engancha de verdad. Y Jaime Blanch y Natalia Millán se salen.