viernes, 6 de mayo de 2016

'Marseille', con Gerard Depardieu: el primer capítulo es un continuo despropósito trufado de tópicos

    'Marseille' en su primer capítulo es floja, flojita... Un alcalde, Robert Taro, con un pasado turbio (interpretado por el ciudadano ruso Gerard Depardieu) solo piensa en construir un Casino en el puerto, ver a su mujer tocar el violoncello y alejar a su hija de los barrios bajos, tipo 'banlieu'.

    Como lleva 20 años de alcalde y se ha cansado de las derrotas del antaño poderoso Olympique de Marsella (convertido en un gris RCD Mallorca), le va a pasar el testigo a su número dos, un más que turbio modernito, Lucas Barrès (Beînot Magimel), graduado en Harvard(cete). Este rubito -de aspecto impoluto y asexuado, pero una bestia sexual y mafiosilla- es el amor platónico de la hija del alcalde, Julia Taro.

    Esta, a su vez, trabaja de becaria en el periódico más importante de la ciudad, pero solo le encargan noticias sobre certámenes de cupcakes y la confección -inventada, eso sí- del horóscopo. 

    Esta joven entre pija y rebelde está relegada porque no quiere firmar con el apellido de su padre, el alcalde, lo que daría prestigio al diario que se hincharía a vender ejemplares en todos los semáforos del puerto.


    Ella prefiere que su novio-exnovio-amiguete, melifluo, habitante de los barrios más marginales de la ciudad, la lleve con él para hacer reportajes de peligrosos criminales. Sin embargo, el novio, blanquito y llorón, se dedica a robar joyerías cuyo botín le quitan a guantazos y se quedan los más malotes del barrio...

    No sé. Ya estoy agobiado. Lo intentaré con el segundo capítulo y si sigue así de flojo, falto de interés y ritmo, y trufado de típicos tópicos, apago Netflix y me pongo un dvd de la ya mítica Farscape (esó sí que es una serie cinco estrellas).

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