viernes, 13 de enero de 2017

'Paranoid': interesante, pero falta de ritmo

    Una terrible conspiración se esconde tras el brutal asesinato a plena luz del día de una mujer en el parque ante su hijo pequeño.

    La tranquilidad de una villa de la campiña inglesa se verá además trastocada por el suicidio del supuesto asesino, un joven esquizofrénico al que trata un coaccionador y misterioso psiquiatra.

    La investigación del pasado de la asesinada, que fue médico en Alemania, llevará a Bobby Day (Robert Glenister), un estresadísimo y ansioso policía curtido, a Duseldorf donde una empresa farmacéutica parece estar detrás de las muertes.


    La trama es interesante porque siempre hace requiebros y engaña al espectador. Más bien la acción va por otros derroteros de los que sugiere el telespectador. Pero el ritmo es extraño. Un paso adelante y dos atrás. Con unos personajes a veces poco creíbles, vacilantes y de comportamientos que chirrían.

    Los policías no llevan armas. La mujer es una histérica al borde del ataque de nervios Nina Suresh (excelente Indira Varma), el joven no se sabe si es poli, gigolo, enamorado atontado o vendedor de seguros y, el mayor, un genial Robert Glenister no cesa de tomarse ansiolíticos tras 15 años sin tener novia, lo que le afean los agentes alemanes.


    Además, tienen un jefe que es y no es jefe, a una cuáquera ex ninfómana y al hermano del esquizofrénico muerto que, mientras pide medicación, no se sabe si está con los buenos, los malos o con quién se posiciona.

    Tanta indefinición, cambio de rumbo en la trama, en la forma de comportarse de los personajes, etc., hace que esta interesante serie se alargue en demasía en el tiempo sin lograr conclusiones. Se ve con mucho interés en los primeros capítulos, pero poco a poco decae su fuerza y se convierte en un producto más.

    PD: Unos agentes de investigación criminal no pueden ser tan inocentones ni tontorrones. Nunca en tan alto grado de apollardamiento.

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