Es como una mezcla de 'Mad Max', 'Los siete samuráis', 'Matrix' y 'Juego de Tronos'. Hay acción, suspense, sangre, conjuras, traiciones y mucha adrenalina.
En el tema de las luchas entre los seis barones que dominan 'Badlands', en un mundo del futuro arrasado y en el que solo existen las armas blancas, es parecido a 'Juego de Tronos'.
En el asunto de las luchas entre territorios, las peleas al estilo medieval y el tráfico de esclavos es como 'Mad Max'. Y luego hay que añadirle combates de kung-fu y con espadas samuréis, un poco a lo 'Matrix'. La verdad es que ni loa trama ni las espectaculares peleas y combates entre los ejércitos de los barones cansan.
Hay que destacar el magnífico trabajo del bestial y salvaje barón Quinn (sensacional y terrorífica interpretación de Marton Csokas) y el contrapunto burlón y humorístico de Bajie (el genial Nick Frost). Muy buena la interpretación de Emily Beecham como la temible baronesa 'La Viuda'.
La magia y lo paranormal también tienen su espacio en esta epopeya en la que la muerte y el amor luchan por ser los predominantes.
'The innocents' es una serie que mantiene el misterio los tres primeros capítulos. Después se convierte en una persecución sin explicación sobre unos sucesos paranormales sin demasiado sentido. Dos jóvenes deciden fugarse y escapar de sus tristes días en familias severas y golpeadas por las enfermedades. Sin embargo, serán perseguidos por dos noruegos en furgoneta enviados a Londres por un médico que estudia una extraña capacidad de mimetización humana desde una playa perdida en Escandinavia.
El cóctel de policía, violencia, misterio y sucesos paranormales funcionan bien al principio... pero enseguida se convierten en una road movie sin pies ni cabeza. Una serie de romeo y julieta en Inglaterra mezclada con una trama fantástica que se desarrolla demasiado despacio.
'The Man in The High Castle' (El Hombre en el Castillo) es una serie que engancha. Porque la propuesta es salvaje para la sociedad actual. Resulta que la trama se desarrolla en los años 60 en un mundo gobernado por Hitler y el Emperador del Japón.
Ambos ganaron la II Guerra Mundial tras lanzar una Bomba H sobre Washington. Y se han repartido Estados Unidos. Los japoneses gobiernan sobre el Pacífico (Los Ángeles, San Francisco, California) y los nazis el resto del país.
Sin embargo existe una resistencia a la que, pese a que masacran, sigue luchando por un futuro diferente. Para ello trafican con películas en las que aparece la verdadera versión de la historia. Tienen la esperanza de que esas películas en manos del Hombre del Castillo pondrán fin a las verdaderas dictaduras sangrientas y opresivas de nipones y hitlerianos.
En esta historia hay una heroína (muy buen papel de Alexa Davalos), un agente encubierto (Luke Kleintank), un inteligentísimo y malvado general nazi (un genial Rufus Sewell), un novio triste y aburrido metido a vengador (Rupert Evans) y un grupo de personajes secundarios con mucho fuelle. Miedo da el jefe de la policía militar de Japón, Joel de la Fuente, como el despiadado jefe del Kempeitai, Takeshi Kido.
La verdad es que es una serie interesante, con momentos de profunda dureza, en la que la verdad y los buenos apenas tienen fuerza bajo la bota de los nazis y de los brutales nipones. Toca la fibra y nos hace temblar porque si el mundo huiera sido así tras una supuesta victoria del Eje (ucronía)... es para suicidarse. Muy buena. Además, cuenta con la producción del genial Ridley Scott.
'McMafia' (algo así como el McDonals del hampa mundial) es un descubrimiento más que agradable. Una pedazo de serie en la línea de las prestigiosas -y ya clásicas- 'Uno de los nuestros', 'Boardwalk empire' o 'Los Soprano'.
En ese estilo, pero diferente. Porque disecciona las mafias actuales, sobre todo la rusa, apoyada por los servicios de seguridad de su país, algo más discreta y con nuevas rutas para el tráfico de mujeres y droga.
La serie es potente y poderosa. Porque bajo su piel de seda y modos exquisitos subyace la mayor bajeza y crueldad que puede asumir el ser humano. Podría ser un 'Juego de Tronos' actualizado en el que la sangre y la bestialidad se sustituyen por la sangre, la traición, el odio y la codicia junto a las maneras más educadas de corte Harvard o Cambridge.
También refleja la conversión de un joven 'broker' londinense de padres rusos -antes poderoso y ahora exiliados- en un auténtico depredador. Este personaje, Alex Goldman, está excelentemente interpretado por James Norton.
El mundo del crimen y de las finanzas está perfectamente dibujado. Las subtramas en Bombay, Moscú y Francia son perfectas. La aparición de los narcos mexicanos y de un millonario israelí significan la guinda, junto a las relaciones entre los diferentes personajes. Cabe destacar al despiadado empresario ruso Vadim Kalyagin (un genial e impactante Merab Ninidze) frente a su oponente, al que despojó de todas sus riquezas y obligó a emigrar, Dimitri Godman (también genial Aleksey Serebryakov), rendido al alcohol y destrozado por los sucesos familiares.
Muy bueno e inquietante el personaje de Antonio Méndez, encarnado por un sensacional Caio Blat. Si la realidad de las altas finanzas, las mafias y los políticos y empresarios corruptos es así, poco nos queda como especie. Imprescindible serie. Con varias escenas brutales. Repleta de adrenalina. Cargada de suspense. Un thriller sobre la mafia excelente. Impactante, dura y sin misericordia (aunque nos sorprendan algunos destellos de humanidad, pocos, ínfimos, pero al fin y al cabo, humanos).
