Tensión, suspense y misterio en este thriller que no se puede dejar de ver. De una tacada hay que visionar los ocho capítulos como es el caso de esta serie de calidad superior.
No hay manera de descubrir quién es el asesino en serie que, imitando unos crímenes de diez años atrás, está asolando Londres con terribles muertes.
La investigadora Marcella Backland (genial Anna Frield) es un personaje más que atractivo. Con un marido asesor urbanístico que la abandona, pero no la acaba de abandonar, metido en tramas corruptas, y una hija muerta a los siete años, Marcella es un ciclón.
Violenta, a la vez que terriblemente inteligente, es una amante de la cerveza que sufre de enormes amnesias en los períodos de mayor estrés. Unos lapsos que hacen sospechar de la posible comisión de delitos.
El ambiente, entre marginal y de las élites del país, domina una trama bastante bien trabajada que se subdivide en pequeñas historias que hacen más interesante este drama policial.
Es una serie que vale la pena. Con suspense total, violencia, corrupción y un asesino en serie inmisericorde que podría ser cualquiera.
Muy entretenida. De notable alto. Los capítulos se ven con ansiedad y de una sentada.
El personaje principal, el de la inspectora es poderoso. Los malos también son muy atractivos. A la vez que las historias entre el hijastro de la todopoderosa propietaria de la constructora (Henry Ginson) y una pareja gay, lo mismo que entre la policía y su marido urbanista, y la detective y el excriminal Peter Cullen.
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