martes, 20 de abril de 2021

'Falcon y el Soldado de Invierno': un Capitán América oscuro, un Falcon perdido y un Soldado del Invierno traumatizado

     Lo primero que hay que dejar claro es que 'Falcon y el Soldado de Invierno' es adictiva. Por eso Disney lo distribuye en pequeñas dosis de un capítulo cada viernes.

Lo segundo, dejar claro que aunque vemos súper héroes, pocas veces acertamos con los buenos y los malos. Porque entramos en la lucha eterna entre riqueza (malo) y pobreza (bueno). Y no es que los luchadores por los pobres utilicen métodos poco invasivos.

Lo tercero: la psicología de los personajes es intrincada, complicada y atormentada. Desde un vengador oficial del Ejército condecorado en Afganistán, John Walker, metido a nuevo Capitán América (con oscuros deseos y raras actuaciones) hasta a un grupo de combatientes contra la pobreza (bendecidos por el suero del súper soldado), los 'Sin Banderas', pasando por el en teoría héroe alado, Sam Wilson 'Falcon', quien tiene deudas pendientes con su familia.

Mano a mano con Falcon está el anteriormente brutal Bucky Barnes 'Soldado de Invierno' (la némesis del Capitán América), ahora reconvertido en bueno, pese a su terrible pasado y a sus extraño presente.

    A todo ello se añade la tribu de las guerreras que buscan al malo malísimo del Barón Helmut Zemo, también transformado en ¿bueno?, o a los delincuentes aliados de los 'Sin Banderas'.

Cada capítulo es poderoso porque el equilibrio es total, tanto en el combate, como entre el bien y el mal, sin saber a veces dónde está uno y dónde el otro. La acción es perfecta y la trama nos engancha de manera absoluta. 

    Esta mini serie nos hace reflexionar y darnos de bruces, de nuevo, con toda la suciedad que envuelve a los intereses estratégicos de los países y corporaciones, siempre por encima de las hormiguitas (sin peso ni interés) que son los seres humanos.