lunes, 26 de octubre de 2020

'Hijos de la anarquía': 'Uno de los nuestros' viaja en moto

     'Hijos de la anarquía' no me enganchó en su primer capítulo. Pero sí lo hizo después. Y mucho. Filosofía y sangre dominan esta serie. Nos identificamos con un club de moteros, queremos a sus integrantes, pese a ser unos auténticos h d p. Nos gustan sus valores. Pura mafia: compañerismo, lealtad, violencia, fuera de la ley, anarquía, colectivismo...

   

El jefe del club de moteros de California, extorsionadores y traficantes, es un genial Ron Perlman (un no menos genial contrahecho de 'El nombre de la rosa' y al brutal 'Hell boy') que da vida al duro Clarence 'Clay' Morrow. El vicepresidente del club y protagonista principal es Jackson 'Jax' Teller (perfecto Charlie Hunnam), con pose de modelo, se mueve entre la violencia más salvaje, la inteligencia más astuta y las bases filosóficas de su padre, una especie de Sun Tzu.

   

La riqueza de esta serie, además de la connivencia de los 'Hijos de la anarquía' con el IRA Auténtico y la banda de los 7, es la guerra declarada a los moteros chicanos y al FBI. A todo ello se juntan unos personajes más que atractivos, contradictorios y con muchas aristas.

   

Están el mujeriego y matón Alexander 'Tig' Trager (da verdadero miedo el más que bueno de Kim Coates), el sanguinario, gordo y putero Robert 'Bobby Elvis) Munson (brutal Mark Boone Junior), el inestable y joven Harry 'Opie' Winston, y el inocente y payaso de Kip 'Medio Huevo' Epps.

   

A estos se les suman los personajes femenino, encabezados por la dura, pasional, maquinadora, inteligente y poco escrupulosa Gema Teller (pedazo de Katey Sagal), la médico y novia de Jacks, Tara Knowles, la yonqui Wendy Case y la reina del porno del pueblo.

    El sheriff a punto de jubilarse y su ayudantes son otros de los principales atractivos de esta especie de 'Los Soprano', versión custom.

   

'Hijos de la anarquía' es pura dinamita. Con unos guiones y personajes que rozan la perfección enganchan por tocar todos los palos del alma humana, por ofrecer unas situaciones extremas y ser un canto a la libertad más absoluta, aunque sea a costa de las leyes y de la sangre vertida. Un clásico imprescindible. 

lunes, 5 de octubre de 2020

'Cobra Kai': la sensación, la serie del año o como 'Karate Kid' es el malo de la película

     'Cobra Kai' es más adictiva que 'Karate Kid'. Posee un humor corrosivo, mucha acción, personajes al borde el abismo, subtramas absorbentes y un aroma a nostalgia actualizado en forma de mala leche, pasión, amor y mamporros.

    'Cobra Kai' convierte a Ralph Macchio en el malo de la película. 'Cobra Kai' es una serie de perdedores, más bien sobre el perdedor real en que se ha transformado, 36 años después, Johnny Lawrence (William Zabka), el rubiales chulo, abusón y prepotente, que perdió la final del valle en 'Karate Kid' tras la patada de grulla de Daniel Larousso (Ralph Macchio), entrenado por el señor Miyagi con el ya inmortal "dar cera, pulir cera".

    'Cobra Kai', nombre del gimnasio dojo, donde Lawrence aprendió karate en su juventud, revivirá de su mano 36 años después para enseñar a un nuevo alumno, Miguel Díaz (Xolo Maridueña), las artes más sucias de esta disciplina de caballeros orientales después de que el joven estudiante no deje de recibir insultos y palizas por parte de unos matones de instituto.

    Esta serie, sobre perdedores, nos hará posicionarnos del lado del disfuncional Johnny Lawrence -el malo de 'Karate Kid', precisamente por ser de carne y hueso, por su mal carácter, sus frases despectivas y por haber quedado tirado en el arroyo, siendo un mal padre, un mal esposo y un bolinga. Por contra, el ganador, Daniel Larusso, el rey del automóvil del valle, rico y con una familia ejemplar, nos va a caer mal, precisamente por eso, por ser un brillante hombre de negocios.

    'Cobra Kai' es como un anti-Karate Kid que en viaja en el tiempo. De 1984 pasamos a 2020. Y vemos la vida actual de los karatekas que disputaron la antigua final, ganada por Larusso y Miyagi San, en la famosa película juvenil.

   La serie brilla por ser descarnada, por su agilidad (capítulos de 30 minutos), su argumento, su ritmo y sus personajes, entre frikis, prepotentes y golpeados por la vida. Porque de gran interés dramático y humorístico son Díaz, la hija de Larusso y su mujer, el hijo de Lawrence y su ex, los mataos del instituto, con Labio y Cerdita a la cabeza... y ante todo, un nuevo campeonato de karate en el valle... ¿Se tomará Jonny la venganza de Larusso?

Imprescindible. Voraz. Sensacional. Brutal. Genial. Repleta de sentimiento y acción. Nostálgica. ¡La hostia!