domingo, 14 de febrero de 2021

'It's a sin': de lo mejor en series en 2021

     'It's a sin' era una serie que no me acababa de convencer. Fue ver el primer capítulo, y el amor fluyó. Es de lo mejor de 2021. Porque aúna diversión con drama, risas con tragedia, ganas de vivir con Sida, tolerancia con oscurantismo. En definitiva, tiene corazón, alma y cabeza.

Las aventuras de Roscoe, Colin y Ritchie (inolvidable Olly Alexander) llegados a Londres desde Nigeria, Gales y la isla de Wight en el año 1981 nos harán tambalear nuestras ideas, sentimientos y forma de ver la vida.
  
Está claro que estos son unos verdaderos perdedores porque son homosexuales en un mundo que intenta ocultarlo. Entre 1981 y 1991 viviremos en una montaña rusa siguiendo las andanzas de este trío al que se unirán otras muchas personas de la farándula.

Esta serie tiene sentimiento, mucho, y ofrece una versión totalmente real de un extraño cáncer que empezó a arrasar en el mundo gay. Un cáncer llamado VIH que provocaba el Sida, por entonces mortal.

Disfrutaremos con el cachondo de Roscoe viviendo la vida loca; de Colin, callado, introvertido al máximo, trabajando para un tirano; y los sueños de Ritchie de convertirse en un gran actor. El compañerismo, la solidaridad y el amor son bazas principales en esta miniserie.

Todo ello en un Londres libre y salvaje, donde el libertinaje y la fiesta campan a sus anchas sin tener en cuenta que la enfermedad y la muerte están a la vuelta de la esquina.  

Memorables personajes. Escenas repletas de mala baba y humor ácido las protagonizadas por Roscoe y su familia, y Roscoe y un genial Stephen Fry (Dama de Hierro incluida). O entre la madres de Ritchie y el ángel de la guarda de este, una sensacional Jill (Lydia West).

    Es imprescindible por su fuerza, poderío, intensidad y divertimento. Sentimiento en grado sumo. Lucha por las libertades caiga quien caiga y caiga lo que caiga.

martes, 2 de febrero de 2021

'Bajocero': tremendo thriller policíaco que falla a la mitad

'Bajocero' es la sensación de Netflix es español. Es un tremendo thriller policíaco que falla a la mitad. El inicio y el final son brutales, pero a mitad de metraje, me provocó bostezos.

Sin embargo, es una cinta con poderío, fuerza y mucha adrenalina. El misterio que envuelve la trama, a mi entender, se desvela demasiado pronto, aunque la historia sabe reaccionar y tiene un final de fuegos artificiales.

Y es que el rutinario traslado de una serie de presos por dos agentes de Policía Nacional en un furgón, de noche y por carreteras secundarias, se trasforma en una pesadilla. El misterio radica en conocer qué, quién o quiénes sabotean la marcha y por qué. Algo que se descubre a mitad de metraje.

La película está rodada a la perfección como si fuera un largometraje estadounidense de los mejores en materia policiaca. El ambiente asfixiante está perfectamente conseguido. Las tomas de acción son muy buenas, lo mismo que ocurre con fotografía y exteriores. 

Los actores son más que buenos. Pero falta profundizar en cada uno de ellos, lo que habría dotado a la trama de más nivel e intensidad. Pese a ello, hay momentos en los que se nos dispara el ritmo cardiaco.

Javier Gutiérrez, como el policía, serio, seco y legalísimo que conduce el furgón, está que se sale. Lo mismo que el delincuente al que da vida Patrick Criado, junto con el gran papel (demasiado contenido) de Karra Elejalde (no se le deja tampoco mucho margen para brillar), Luis Callejo (como el taimado gitano preso) o el yonqui Andrés Gertrúdix.