martes, 23 de junio de 2020

'Line of duty' 1 y 2: imprescindibles, entre 'Serpico' y 'Bodyguard'

    
    La temporada 1 de 'Line of duty' ya me entusiasmó. Es como 'Serpico' actualizado y con el tamiz inglés. Me resultó una serie que no se casa con nadie, en el que cualquiera la puede palmar y donde lo peor del ser humano asoma. 

    El tema principal: la corrupción policial. Brutal y salvaje. Difícil de extirpar. Por eso el héroe es un anti-héroe para los suyos. Un traidor entre el sectarismo de los agentes que trabaja para y por la ley.

    La temporada 2 la he empezado a ver y no ha perdido ápice de fuerza. Vuelven los policías de asuntos internos de Birmingham a enfrentarse a casos complicadísimos, donde nada es lo que parece.

    Una escena al límite nos golpea por inesperada. No hay cuartel. Los buenos son frágiles y los malos, muy malos y con muchos aliados. Otra escena -la de una emboscada- también nos deja tocados.

    Esta es una serie perfectamente rodada. Con una trama más que cuidada. Y un sadismo interno que solo responde a lo más oscuro y deprimente del ser humano; el corrupto y vendido, el mentiroso; el que traiciona a los suyos.

    Increíble la labor de los agentes y subinspectores de asuntos internos (Unidad AC-12) que deben luchar con pocos medios contra un poderoso entramado de basura policial. El detective inspector Steve Arnott es 'Serpico', apoyado en la inquebrantable y sagaz detective sargento Kate Fleming. Cierra el círculo el jefe, una especie de 'M', superintendente Ted Hastings. 

    Imprescindible. Recuerda un poco a la magnífica serie, también inglesa, 'Bodyguard' ('El guardaespaldas'), una joya que no tiene nada que ver con Kevin Costner y Witney Houston.

lunes, 22 de junio de 2020

'Desaparecidos': tediosa y llena de topicazos

    'Desaparecidos' es tediosa. Más de lo mismo en las series televisivas de Mediaset sobre policías. Topicazos y lugares comunes a doquier.

    Y es tediosa porque, aparte del buen papel de cansan las bromas, entre infantiles y predecibles, que gasta Rodrigo Medina (flojito Maxi Iglesias) con Sebas Cano (Chani Martín). Unos chistes de vergüenza ajena si pensamos que se trata de una unidad de élite especializada en casos de personas desaparecidas. Un poco de seriedad no vendría mal, si acaso humor negro, pero las añagazas de colegiales como que sobran.

   Solo salvaría de la quema a Elvira Mínguez y Michelle Calvó, además de Juan Echanove

    El principio de la serie, el primer capítulo, aunque de final triste, es otra oda al mundo chachiguai y molon de los cooperantes internacionales, no por su labor, más que encomiable, sino por la cursilería que gasta el novio de Michelle Calvó en sus intenciones: más topicazos marujiles de primero de infantil.

    A perder el tiempo a otra parte.

miércoles, 17 de junio de 2020

'Hierro': imprescindible serie policíaca, emocionante y dura

    'Hierro' es una pasada de serie. A la alta intriga se une el paisaje de una isla preciosa. Los protagonistas son adictivos. Papelón el de Candela Peña, como la jueza de esta tierra de 12.000 habitantes, su señoría Candela Montes, severa, dura, arisca, trabajadora incansable, con mala leche e incorruptible.

    El otro papelón recae en el capo de 'Hierro', el complicado, oscuro e inocente a la vez Antonio Díaz, interpretado a la perfección por Darío Grandinetti.

    La investigación del asesinato de un joven de la isla disparará una historia en la que las subtramas enriquecerán este perfecto reloj de ingeniería de misterio.

    Se trata de una serie policíaca con elevado poder de atracción, rodado de manera impecable y con personajes que dan mucho juego por conformar lo que es el alma humana: un pozo de contradicciones, emociones, violencia y misericordia.

    El narco también tiene su espacio, como las fiestas tradicionales de Hierro, espacio de ensueño, alejado de todo, y que depende administrativamente de Tenerife.

    Los traficantes tiene a una jefa interpretada sin fisuras por la genial Antonia San Juan. Darán mucho juego la guardia civil Reyes (Mónica López), la hija del capo Pilar (Kimberley Tell) y su amigo, el panadero y buceador Daniel (Saulo Trujillo).

    Una de las mejores series policíacas del momento. Se devora. Siempre queremos saber más de la investigación de la jueza Candela en un paraje incomparable que esconde tras su belleza lo peor del ser humano.

martes, 9 de junio de 2020

'Babylon Berlin', una joya a medio camino de 'Boardwalk empire' y 'Cabaret'

    
    'Babylon Berlin' es una joya. Está a medio camino de 'Boardwalk empire' y 'Cabaret'. Es una historia que recuerda a las mejores series y películas sobre la Ley Seca. A esta se le añade el nacimiento del nazismo y sus peleas con los comunistas, una República de Weimar débil, una policía corrupta, unos militares conspiradores y un libertinaje absoluto en la ya famosa noche berlinesa.

    En estas tenemos a un investigador de la Brigada de Costumbres, Gereon Rath (muy bueno Volker Bruch), buscando al equipo de rodaje de una película pornográfica que implica a un político famoso. Deberá hacerlo junto al también inspector Bruno Wolter, oscuro, violento y traicionero. Ambos son exoficiales de la Gran Guerra con diferentes secuelas.

    En medio de la trama principal se unirán subtramas de elevado nivel de acción, suspense y violencia como el relacionado con la auxiliar del Castillo Rojo (sede de la Policía) Charlotte Ritter (la genial Liv Lisa Fries) y su doble vida nocturna en el principal antro de Berlín, dirigido por un misterioso hombre sin escrúpulos de origen armenio.

    A todo esto, un convoy llegado de Rusia con una mercancía secreta enfrentará a la Embajada Rusa y sus sicarios del KGB con la Policía alemana y son el grupo de subversivos trotskistas dirigidos por el escurridizo Alexei Kardakov.

Hay mucho, muchísimo más, en este verdadero fresco de un país empobrecido, una sociedad que esconde sus miserias tras las drogas, la violencia, el sexo y el alcohol; un mundo, en definitiva, poblado por traidores, mentirosos, farsantes, asesinos, espías, mafiosos y corruptos, en el que la vida humana vale menos que cero.

    Una gozada de serie con una maravillosa recreación del Berlín pre-Hitler. Engancha y en ocasiones afecta al espectador más sensible.

    Uno de los mejores y más inesperados finales de la historia.