'Romulus': pedazo de serie sobre la fundación de Roma a partir de las salvajes tribus latinas

'Romulus' cuesta un poco. El primer capítulo y el segundo son algo lentos, pero necesarios para meternos en materia. A partir de ahí, la acción se desata. Sangre, muerte, ambición, mentira, traición y guerra centrarán el desarrollo de esta serie histórica sobre la fundación de Roma. Un periplo que nace de las salvajes tribus latinas, de sus creencias, sus alianzas y sus codicias.

La intriga y el suspense son otros de los alicientes de 'Romulus' donde veremos cómo suceden las relaciones entre los hermanos hijos del rey de Alba (podrían ser Rómulo y Remo), donde la loba es una metáfora y donde ya hay vestales. Marte es uno de los dioses junto a Rumia, la diosa del bosque, la que reclama fundar una ciudad para sus hijos denominada 'Ruma'.

Es el siglo VIII A. C. y las 30 tribus latinas se alían para ser más fuertes bajo la batuta de los dioses y del rey de Alba, el padre de los hermanos, posibles Rómulo y Remo. La falta de lluvias provocará que se tomen medidas drásticas en esta aldea. Entonces empezará una trama que engancha y en la que la vida no vale ni un milílitro del escasísimo líquido vital.  

Yemos, Wiros e Ilia serán los protagonistas de la lucha por la supervivencia en una época salvaje y sin concesiones, donde nadie está a salvo por muy rey que sea.

Esta serie es un sopapo en la cara, un guantazo de gran calibre y una producción sin fin de adrenalina. Un gustazo, vamos.

'Historias lamentables': disparatadas, emocionantes, divertidísimas, geniales

Lo que me he podido reír con 'Historias lamentables' de Javier Fesser, un compendio de disparates, emociones, genialidades, agilidad mental, humor, mala leche y mucha acidez.

Las pequeñas historias, enlazadas entre sí, son una mezcla de esperpento, sainete y cine de lo extravagante. Enormes actores dan pie a un desbarahuste mayúsculo en nombre de la gracia, el salero y el sinsentido. 

Los personajes increíbles y llenos de grandiosidad de guiñol distorsionado comienzan con el heredero de la multinacional de transportes embutido en un traje de superman de reparto, siguen con la morosa tipo 13 Rue del Percebe y finalizan con un empresario arruinado por el juego que monta un tinglado para engañar a sus hermanas socias.

Entre medias, el expósito bigotón que sale a ver el sol  y acaba en Los Monegros con el perro perdido del vecino y el abusón del cole metido a delincuente, junto con el negro jardinero, que viaja en un Seat 127, y sufre las maldades de una fea exrica metida a bruja de la urbanización.

Algunos de los actores de 'Campeones' se suman a la fiesta, como al enorme actriz síndrome de down que pone patas arriba el imperio del calzado o el conserje del edificio de Gandía Playa donde empieza una de las historias con más desparrame de la cinta, incluido burdel y viaje con el camionero pervertido.

'Historias lamentables' es un canto a lo estrambótico, a lo irreal, al surrealismo, a la mentira, el amor, la falsedad, los convencionalismos y el destino que nos aprieta, pero no nos ahoga. Al final, por muy mal que los pasemos, el karma dicta sentencia y el sol vuelve a salir por Antequera, a pesar de lo sufrido, padecido y reído durante el viaje.

Excelente, entretenidísima, descacharrante y políticamente incorrecta. Una joyita. Y la dirección, perfecta. Los planos, escenas y fotografía, apabullantes.

'Utopía': locura, sangre, conspiraciones, humor negro, virus y mucha violencia

'Utopía' es una serie imprescindible para los amantes de las grandes conspiraciones. Y para quienes estiman la violencia extrema, a lo Kill Bill, con torturas salvajes, sangre, peleas a muerte y asesinatos por doquier. También tiene un poco de 'Alicia en el país de las maravillas'.

El humor negro sobresale como bálsamo insuficiente a una historia extrema, sobre un grupo de frikis en busca de un cómic donde se predice el futuro de la humanidad. Aquí, estos mataos, entrarán en conflicto con La Casa y La Cosecha, una corporación secreta a cuya cabeza está el Señor Conejo, el gran conspirador que no durará en arrasar para hacerse con el cómic 'Utopía'.

Sensacional es la primera parte que transcurre en un encuentro de los frikis amantes de 'Distopía', otro cómic basado en el cotizadísimo 'Utopía'. En el hotel donde se celebra esta especie de meeting de anime y personajes disfrazados de sus ídolos del cómic, tendrán lugar unas de las escenas más salvajes, entre las muchas con las que cuenta la serie.

El grupo de frikis principal sufrirá de lo lindo en su caza de 'Utopía', asediados por la heroína menos heroína de la historia (Jessica Hyde) y la pareja de matones de 'La Cosecha', dos seres como salidos del psiquiátrico de 'Alguien voló sobre el nido del cuco', Arby (Arenque Bypolar) y Lee.

Entre los freaks-monstruitos destaca la líder, la bella cortadora de césped Sam; la gafotas y enferma Becky; el tímido y cagón vendedor de seguros Ian; Wilson, el obseso de las conspiranoias que se ha construido un refugio nuclear en el jardín; y Grant, un niño que vive en una casa de acogida y que se hace pasar por un opulento millonario.

Después está el actor John Cusack que da vida al poderoso propietario de la principal empresa farmacéutica de Estados Unidos, que pretende vacunar a toda la población para acabar con una extraña y virulenta gripe aparecida de manera misteriosa.

En definitiva, es una potente serie, remake de la homónima británica de 2013, convertida en culto para cinéfilos con cierto toque de extravagancia.

'Gambito de dama': espectacular, poderosa, salvaje, impactante, intensa

'Gambito de dama' es la más espectacular, poderosa, salvaje e impactante serie del momento. Cuenta con un personaje de altura, carismático y que juega peligrosamente con el lado oscuro de la vida, a la vez que brilla en la negrura. 

Beth Harmon (una superlativa e inmensa Anya Taylor-Joy) es una niña que se cría en los años 60 en un orfanato de Kentucky donde aprende a jugar al ajedrez en el sótano, de la mano del conserje cascarrabias.

Es tal su talento y pasión por los tableros que pronto empezará a conquistarlos, en un mundo plagado de hombres. 

La personalidad de Beth es más que complicada. Su belleza sobresale, aunque no tanto como su inteligencia y su tendencia a la autodestrucción. 

Tras ser adoptada, empezará una carrera hacia la cima del ajedrez en un duelo sin contemplaciones ni misericordia contra los reyes del tablero, los rusos. Estamos a finales de los años 60 y la Guerra Fría muestra su máximo apogeo.

El estudio de Capablanca, Alekhine, Morphy... y otros maestros preparan a Beth para el campeonato del mundo, mientras alterna en bares, se enrolla con chicos y viaja con su madre adoptiva a ciudades y México, atravesando múltiples aventuras y desventuras.

Con un temperamento callado, a la vez que rebelde, una actitud entre borderline y de genio, y su amor por los excesos, Beth llena la pantalla, mientras baila rock'n'roll amorrada a una botella.

Sus relaciones con el exterior son caóticas y poco receptivas. Su vida son las piezas del ajedrez y una marcada extravagancia.

La verdad es que la serie engancha por lo intensa que es y lo poética que puede resultar. Deslumbra. Nos hace reflexionar y disfrutar. Nos atrapa como ninguna otra pese a que no cuenta con acción ni efectos especiales. 

La sola presencia de Beth llena la pantalla. Y los personajes que la rodean son de primer nivel. Todos los detalles están más que cuidados y el sentimiento todo lo domina. Llega al alma y nos toca las fibras más sensibles.

En varias palabras: genial, irresistible, casi una obra maestra. 

Y un capítulo final que desborda poesía, fuerza y sentimiento.