'Beartown': dura, emocionante, intensa

 'Beartown' es una pedazo de serie. Dura, emocionante e intensa. Mezcla deporte, con testosterona juvenil, conflictos entre adolescentes y viejas rencillas en una pequeña población sueca.

El protagonista es Peter, un famoso jugador de hockey sobre hielo retirado, que regresa a su casa de Suecia tras haber triunfado en Canadá y sufrido una tragedia familiar. Y lo hace con su mujer y dos hijos.

La hija mayor será clave a la hora de que se desate una tormenta en el pequeño pueblo de Beartown, al norte de Escandinavia.

Antes, pero, Peter se hará cargo del equipo juvenil que está de capa caída y debe luchar con escasos recursos por el torneo provincial.

En el equipo existen los típicos jóvenes de todas las películas americanas: la estrella, chulo e hijo de un magnate, perseguido por un padre severísimo; su mejor amigo, un defensa porreta y con un secreto oscuro; el gordito de la clase; el inmigrante del que todos se mofan, aunque es un jugadorazo...

Además, el constructor, padre de la estrella juvenil, está enfrentado al nuevo entrenador, Peter, por algo que les sucedió de jóvenes jugando al hockey...

Y cuando todo parece que se encauza... estalla la tormenta.

Esta serie lo tiene todo para mantenernos pegados en el sofá hasta que acaba porque ni nos imaginamos cómo lo hará. Drama, violencia, acción, intensidad, algo de suspense y mucho de la vida dura, dura...

'Vigil: conspiración nuclear': brutal thriller, suspense profundo, acción frenética y trama opresiva

'Vigil: Conspiración nuclear' es una de las mejores series de suspense de este año 2021. La acción es frenética, el suspense intenso, el ambiente claustrofóbico y la trama nos mantiene en vilo, capítulo a capítulo.

La investigación policial a bordo de un submarino nuclear británico inicia este thriller de primer nivel. Las escenas en tan reducido espacio son opresivas. Mientras que la búsqueda de un criminal, por parte de la traumatizada detective Amy Silva (enorme Suranne Jones) solo hace que encontrar falsos culpables.

Al mismo tiempo, en tierra firme los agentes británicos, dirigidos por la sagaz Kristen Longrace (genial Rose Leslie) siguen la pista de espías extranjeros infiltrados en Escocia. Todo ello hace tambalear el sistema de persuasión de guerra de la marina de Gran Bretaña.

La verdad es que esta serie es pura dinamita. Provoca tremendos sobresaltos en el espectador. Y apenas le deja respirar con todo lo truculento que sucede en el interior del submarino.

El poderosísimo e impactante comienzo del primer episodio ya nos pone sobre la pista de esta profunda conspiración contra la que deberán luchar dos investigadoras con un traumático pasado.

'El juego del calamar': aúna Scape Room, Saw, Spartacus y Los Juegos del Hambre

 'El juego del calamar' es una serie terrible, dura, inmisericorde, salvaje... Se devora. No deja títere con cabeza. Nos hace pensar... y mucho. Es un juego de supervivencia, sin sentimientos, para perdedores y disfrute de poderosos.

Es un juego en el que de 500 parias, uno, el único superviviente, se llevará 50.000 millones de wones. Es un esperpento de la vida reflejado en el espejo convexo de Valle-Inclán. Es un ejemplo de muerte en la vida, cinco pruebas a superar para el más fuerte, o el más listo, o el más asesino, en una snuff movie para los millonarios del planeta.

Esta serie surcoreana aúna parte de Scape Room con Saw, Spartacus y Los Juegos del Hambre. Un perdedor de un barrio humilde de Seúl, sin dinero, ludópata y mentiroso, se encontrará con un personaje que le hará ganar unos billetes y le invitará a un juego en el que se podrá hacer de oro.

En este juego coincidirá con otros personajes, a cuál más deprimente, con los que vivirá un sueño de terror.

La serie está muy bien montada. Con un ritmo adecuado, unos personajes perfectos y un fondo filosófico de muchos quilates.

El final es inesperado y abierto... tal vez haya segunda parte de esta tremenda serie, que provoca taquicardias y obliga a reflexionar sobre qué haríamos si nos jugásemos la vida con nuestra mujer o hijo, y solo uno de los dos pudiera sobrevivir.

'Hit & Run': uno de los mejores thrillers de acción donde pelean CIA, Mossad y ex mercenarios

'Hit & Run' es uno de los mejores thrillers de acción de la actualidad. Se juntan las labores de espionaje de la CIA, enfrentada al Mossad, con la resistencia de antiguos mercenarios israelíes.

La serie empieza con la idílica vida de un guía turístico de Tel Aviv (Lior Raz) que va a despedir a su joven mujer estadounidense porque marcha a Nueva York a realizar una prueba de baile para una importante compañía de allí. Todo muy de culebrón venezolano.

Hasta aquí, la vida de la pareja es perfecta, bonita, bucólica y calmada. La acción, sin embargo, comenzará de forma inesperada, cuando la bailarina sufre un atropello. 

A partir de ahí, el guía turístico -ex comando de las fuerzas especiales de Israel- se verá envuelto en una vorágine de violencia donde nada es lo que parece. Irá descubriendo que su vida ha estado envuelta de mentira y falsedad... y peligro.

Sufrirá extraños ataques, se moverá entre espías y viajará a Nueva York donde se encontrará con un antiguo compañero de guerra en México y una periodista, antigua compañera en Colombia (Sanaa Lathan). Empezarán a tirar del ovillo y se darán de bruces con una gigantesca operación de espionaje de altos niveles y mucha peligrosidad.

La verdad es que la trama está muy bien construida. La acción es absoluta. El suspense es constante. Y la violencia no deja títere sin cabeza en esta cruzada del guía-comando por buscar venganza.

Muy recomendable para los locos de las de espías, acción y thriller de alto voltaje.

'Los vencidos': cine negro de altura tras la derrota del nacismo y la ocupación de Berlín

'Los vencidos' (Shadowplay) de Netflix es una serie de altura, un thriller intenso con grandes dosis de cine negro. Ambientada en 1946, en el Berlín destruido tras la derrota de los nazis, y ocupado por Francia, Gran Bretaña, EEUU y la URSS, narra las vicisitudes del inspector de Nueva York Max McLaughlin encargado de formar a la nueva policía alemana.

A esta premisa se le unirán subtramas, a cuál más asombrosa y atractiva. El policía aprovecha para seguir los pasos de su hermano, sargento estadounidense desaparecido tras liberar el campo de exterminio de Dachau.

Al mismo tiempo, deberá vérselas con la mujer de su jefe directo, el vicecónsul de EEUU (un genial Michael C. Hall, 'Dexter' y 'A dos metros bajo tierra') y con este mismo, mientras investiga sobornos para dejar salir a nazis del país.

Paralelamente, junto a la jefa de la policía de un distrito del Berlín americano (excelente Nina Hoss) investigarán la aparición del Creador de Ángeles, un misterioso personaje que ha montado una banda de gánsteres con mujeres de la calle.

En esta serie, repleta de acción, traiciones, amor y venganza, la miseria de la Alemania nazi es una constante. Todo el mundo se vende por unas chocolatinas o unas dosis de penicilina. Los miserables campan a sus anchas y el bien y el mal están difusos.

El suspense y la tensión se mantiene hasta el final de esta potentísima primera temporada. Los juegos de espías dotan a las escenas de contundencia. El malo malísimo -si puede hacer solo uno- es el comisario del sector soviético, protagonista de las más duras secuencias.

En definitiva, una pedazo de serie cargada de alma, tensión y mala baba.

'Sleepy Hollow': una joya, una gozada, en la línea de 'Sobrenatural'

     La película 'Sleepy Hollow' es una joya del cine de terror. Y la serie 'Sleepy Hollow' lo es de las series que mezclan terror, policíaco, paranormal, fantasía, brujas, demonios y magos. 

    Es imprescindible para los amantes de otras obras de arte como 'Sobrenatural' (Supernatural), esa genialidad protagonizada por los cazafantasmas hermanos Winschester.

   

En el caso de 'Sleepy Hollow' las delicias las protagonizan un enorme Ichabod Crane (al que da vida un espectacular Tom Mison) y su compañera de fatigas, la detective del pueblo al que da nombre la serie, Agigail 'Abbie' Mills (otra enorme Nicole Beharie).

   

Ambos, elegidos por no se sabe qué poder superior -o inferior, tanto da- deberán enfrentarse al rey del inframundo y a sus secuaces, en la primera temporada; y a una desatada y todopoderosa Pandora, en la segunda.

   

Lo genial de la serie es que en cada capítulo, además de intentar evitar la llegada de los cuatro jinetes del apocalipsis, deben enfrentarse a un monstruo sobrenatural que quiere poner fin a esta localidad cercana a los principales lugares por donde transcurrió la Guerra de Independencia de EEUU (1975-1983).

   

Es por ello que en los capítulos, gracias a los flashbacks de Crane, aparecerán las figuras de George Washington, John Adams, Thomas Jefferson y Benjamin Franklin, que mientras buscan derrotar a los casacas rojas, también se preparan para defenderse de los poderes del Infierno, como el archiconocido 'Jinete sin Cabeza'.

   

La verdad es que la serie es un gustazo por mantener en tono momento una intriga y suspenses 'in crescendo' y por el humor que, aparte del drama, se destila a todas horas. Una gozada.  

'Los reyes de la noche': muy divertida, gran caricatura de José María García y no tanto de José Ramón de la Morena

     'Los reyes de la noche' es una divertidísima comedia, cargada de humor negro y esperpento, sobre la fraticida lucha en la radio española en los años 90 entre los gigantes de las ondas José María García 'Butanito' y José Ramón de la Morena 'Vizconde'.

Cierto que los creadores de tan ágil y entretenida serie advierten de que los personajes y situaciones son inventadas, está claro que Paco 'El Condor' (genial Javier Gutiérrez) es García por su altura, su autoritarismo, sus puros y su dicción radiofónica. No es tan buena la recreación De la Morena (Jota Montes, otro genial Miki Esparbé), en este caso porque los guionistas han ido más por libre.

El ritmo de la serie es trepidante y añade personajes secundarios para desternillarnos con la excelente parodia de los egos y luchas a muerte en la radio hace tres décadas. Por ejemplo, reconocemos a Roberto Gómez o su émulo en el personaje de Pineda, el que se lleva todas las collejas de Cóndor-Butanito; o al ligón de Pipi Estrada en el personaje de Urrutia.

    Muy buena es la recreación del hijo de Cóndor-Butanito, un remedo de ni ni, pijo y repelente; o de los colaboradores de Jota-De la Morena, el entrenador acabado (copia de Luis Aragonés); el humorista sin gracia (¿Malolete); o el listillo (¿Alcalá?)

    Otro de los puntazos es la aparición de Jesús Gil con sus timbas de miles de pesetas en el parchís, su jincha sede en Madrid y las tremendas broncas que tuvo con ambas estrellas de la radio.

    Los capítulos se devoran con ansia esperando el próximo intento de venganza de Cóndor-Butanito hacia su antiguo colaborador Jota-De la Morena, mientras disfrutamos de los tejemanejes de Marga Laforet-Gemma Nierga para hacerse con la franja horaria de Jota.  

'Antidisturbios': de las mejores series españolas

'Antidisturbios' es una de las mejores series españolas. Te deja sin aliento gracias a unos personajes profundos y complicados, y a una trama alambicada y poderosa. La tensión siempre es máxima.

Desde el minuto uno, el desarrollo de la historia es desbordante y los protagonistas más que potentes. La forma de dirigir la cámara, los enfoques y el gran angular incrementan la trepidante acción.

Vicky Luengo, en el papel de la agente de Asuntos Internos Laia Urquijo, está que se sale. Es un papelón total. Y el resto del elenco no desentona, sobre todo las interpretaciones de Raúl Arévalo (el oficial antidisturbios de Puma 93 Diego López) y de Hovik Keuchkerian (jefe de grupo Salvador Osorio). 

Patrick Criado, como el oficial Rubén Murillo, conductor de la 'lechera', también está que se sale. Asimismo, Roberto Álamo (oficial José Antonio Úbeda) está más que superior.

Cada uno de los seis capítulos rezuman poderío. La trama pasa por la investigación de Asuntos Internos sobre una actuación de Puma 93 en un desalojo.

A partir de ahí, nada es lo que parece. Las subtramas de corrupción, acoso, violencia... se irán sucediendo creando un peligroso cóctel de cine de alta intensidad.

Además, la vida privada de cada uno de los antidisturbios (seis en total) y de los agentes de Asuntos Internos nos deleitarán sin dejarnos mover del sofá. 

Este es cine cinco estrellas. Un ejemplo de como las plataformas invierten en series de calidad, de esas que transmiten sentimiento y suspense, y que te hacen reflexionar.

'Falcon y el Soldado de Invierno': un Capitán América oscuro, un Falcon perdido y un Soldado del Invierno traumatizado

     Lo primero que hay que dejar claro es que 'Falcon y el Soldado de Invierno' es adictiva. Por eso Disney lo distribuye en pequeñas dosis de un capítulo cada viernes.

Lo segundo, dejar claro que aunque vemos súper héroes, pocas veces acertamos con los buenos y los malos. Porque entramos en la lucha eterna entre riqueza (malo) y pobreza (bueno). Y no es que los luchadores por los pobres utilicen métodos poco invasivos.

Lo tercero: la psicología de los personajes es intrincada, complicada y atormentada. Desde un vengador oficial del Ejército condecorado en Afganistán, John Walker, metido a nuevo Capitán América (con oscuros deseos y raras actuaciones) hasta a un grupo de combatientes contra la pobreza (bendecidos por el suero del súper soldado), los 'Sin Banderas', pasando por el en teoría héroe alado, Sam Wilson 'Falcon', quien tiene deudas pendientes con su familia.

Mano a mano con Falcon está el anteriormente brutal Bucky Barnes 'Soldado de Invierno' (la némesis del Capitán América), ahora reconvertido en bueno, pese a su terrible pasado y a sus extraño presente.

    A todo ello se añade la tribu de las guerreras que buscan al malo malísimo del Barón Helmut Zemo, también transformado en ¿bueno?, o a los delincuentes aliados de los 'Sin Banderas'.

Cada capítulo es poderoso porque el equilibrio es total, tanto en el combate, como entre el bien y el mal, sin saber a veces dónde está uno y dónde el otro. La acción es perfecta y la trama nos engancha de manera absoluta. 

    Esta mini serie nos hace reflexionar y darnos de bruces, de nuevo, con toda la suciedad que envuelve a los intereses estratégicos de los países y corporaciones, siempre por encima de las hormiguitas (sin peso ni interés) que son los seres humanos.

'The Mandalorian': Star Wars con el alma de 'Juego de Tronos', la pistola de Gary Cooper y el espíritu samurai

 'The Mandalorian' es una gozada. Engancha y no puedes evitar ver las dos temporadas de una tacada. Es Star Wars en esencia, aderezada con el alma de 'Juego de Tronos', el espíritu samurai y la pistola de Gary Cooper o las espuelas de John Wayne.

Mando, que es el nombre de 'The Mandalorian' o el Mandaloriano, es un cazarrecompensas que tras la destrucción del Imperio se da de morros con Mini Yoda, un bebé de Jedi -sí, ese de habla dislexica y parecido a Jordi Pujol- en una misión muy bien remunerada.

Sin embargo, nacerá una relación especial entre ambos, lo que les hará vivir numerosas aventuras.

Y aquí está lo mejor de la serie: cada capítulo, que goza de independencia con el anterior, aunque sigue un mismo hilo general, es un portento del cine de acción. Además, hay mucho sentimiento y emoción, cuando podemos bucear en las vidas de los extraños seres que pueblan los diversos mundos estelares.

En su escacharrada nave, Mando, que forma parte de un credo similar al samurai, el de los guerreros mandalorianos, viajará por decenas de planetas a la caza de fugitivos, en busca de paz o para localizar al pueblo del Jedi.

Monstruos enormes (como el dragón, en un claro paralelismo a las películas de caballeros medievales), cazarrecompensas avariciosos, ex combatientes de la República, sheriffs radicales, soldados retirados del Imperio, buscavidas y gente fuera de la ley conforman una amalgama que enriquece una pedazo de serie.

Mucha alma, sentimiento y acción. Imprescindible y emocionante.

'It's a sin': de lo mejor en series en 2021

     'It's a sin' era una serie que no me acababa de convencer. Fue ver el primer capítulo, y el amor fluyó. Es de lo mejor de 2021. Porque aúna diversión con drama, risas con tragedia, ganas de vivir con Sida, tolerancia con oscurantismo. En definitiva, tiene corazón, alma y cabeza.

Las aventuras de Roscoe, Colin y Ritchie (inolvidable Olly Alexander) llegados a Londres desde Nigeria, Gales y la isla de Wight en el año 1981 nos harán tambalear nuestras ideas, sentimientos y forma de ver la vida.

  

Está claro que estos son unos verdaderos perdedores porque son homosexuales en un mundo que intenta ocultarlo. Entre 1981 y 1991 viviremos en una montaña rusa siguiendo las andanzas de este trío al que se unirán otras muchas personas de la farándula.

Esta serie tiene sentimiento, mucho, y ofrece una versión totalmente real de un extraño cáncer que empezó a arrasar en el mundo gay. Un cáncer llamado VIH que provocaba el Sida, por entonces mortal.

Disfrutaremos con el cachondo de Roscoe viviendo la vida loca; de Colin, callado, introvertido al máximo, trabajando para un tirano; y los sueños de Ritchie de convertirse en un gran actor. El compañerismo, la solidaridad y el amor son bazas principales en esta miniserie.

Todo ello en un Londres libre y salvaje, donde el libertinaje y la fiesta campan a sus anchas sin tener en cuenta que la enfermedad y la muerte están a la vuelta de la esquina.  

Memorables personajes. Escenas repletas de mala baba y humor ácido las protagonizadas por Roscoe y su familia, y Roscoe y un genial Stephen Fry (Dama de Hierro incluida). O entre la madres de Ritchie y el ángel de la guarda de este, una sensacional Jill (Lydia West).

    Es imprescindible por su fuerza, poderío, intensidad y divertimento. Sentimiento en grado sumo. Lucha por las libertades caiga quien caiga y caiga lo que caiga.