'El hoyo' es una bestialidad de película. Una lucha extrema por la supervivencia, a la que se une una profunda crítica social centrada en lo peor del alma humana en contraste con un sueve canto a la esperanza, a esa luz que siempre brilla en el fondo del pozo más abyecto. 'El hoyo' lo tiene todo: acción, terror, gore, filosofía, gastronomía, suspense, ciencia ficción, surreralismo, humor negro... es una obra maestra en forma de ópera prima del director Galder Gaztelu-Urrutia.
El hoyo es un pozo con más de 200 niveles en los que comparten hambre, sed y venganza dos personas por piso. Todas han entrado por voluntad propia a cambio de un premio o prebenda a cambio de pasar entre seis meses y un año en esta sima. Cada uno, además, puede entrar con un objeto que libremente elija.
Nuestro protagonista es Goreng (un excelente Iván Massagué) quien entra en el agujero a cambio de un diploma. En su primer nivel, de tipo medio, coincidirá con Timagasi (un genial Zorion Eguileor -me recuerda al hermano gemelo de Carlos Pumares), al que solo le faltan dos meses para salir del hoyo. El primero ha elegido 'El Quijote' para el medio año de encierro y el segundo un afiladísimo cuchillo.
Al principio, están en un nivel al que llega comida, pero el mes siguiente acabarán más abajo, donde no llega ni un trozo de pan... y será cuando empiece una brutal batalla por la supervivencia, entre ellos y otros habitantes del pozo que irán apareciendo en escena.
La verdad es que la película impacta. Hay varias escenas muy duras que dañan el estómago. Hay mucha mala baba. Y en todo momento flotan en el aire las preguntas: ¿esto para qué sirve?, ¿qué objetivo quiere alcanzar este especie de estudio sociológico extremo, salvaje y brutal?
La cinta no deja indiferente. La trama es inteligentísima y atrapara cada vez más al espectador. Es una película de excelente para arriba, Imprescindible por la historia, actores, acción y mensaje implícito.
'Los asesinatos del Valhalla' es una muy buena serie a la que le sobra el final por predecible y ejecutado de manera más que tópica. Durante siete capítulos y medio se mantiene una tensión palpable, por la trama y el dibujo mental de sus protagonistas, antagonistas, raros y herméticos. La última media parte es predecible y nada original con lo que se echa a perder un muy buen producto.
La factura y la estética es perfecta en esta serie que juega con el precioso paisaje de Islandia. Los bajos fondos de una sociedad modélica salen a flote para denunciar una historia de corrupción, pedofilia y mentira.
Los extraños asesinatos rituales y salvajes de diferentes personajes de la sociedad de Reikiavik pondrá en marcha a la excelente inspectora Kata Eligsson a la que persiguen importantes problemas personales y su quehacer perfecto, pero heterodoxo. A Kata, le ayudará un traumatizado inspector llegado de Oslo, Arnar, lleno de secretos, pero con un sistema de investigación infalible.
Descubrirán que los crímenes brutales esconden una vieja historia, de 30 años atrás, escondida en los muros del internado Valhalla. Lástima de los últimos 30 minutos del capítulo final, un cierre muy repetitivo y ya visto en decenas de thrillers de este tipo. Por lo demás, es una serie excelente. Ya sabemos lo complicado que es firmar un final perfecto. Está casi todo inventado en la serie policial.
'Locke & Key' es una serie más que absorbente que mezcla fantasía y terror. Una familia que sufre un trauma importante se desplaza a la mágica mansión familiar de Massachusetts donde empezarán a ocurrir sucesos inexplicables.
La factura de la serie está muy trabajada. La historia mezcla aventuras juveniles en el instituto con un extraño y trágico suceso acaecido 30 años atrás.
El hijo pequeño de la familia, Bode Locke, será quien empiece a destapar el secreto de las llaves mágicas, mientras lucha contra un poder maligno y atávico. A este combate contra los demonios se unirán sus dos hermanos mayores, Kinsey y Tyler, a la vez que se enredan en asuntos juveniles.
La verdad es que el sibilino humor, la acción y el terror dotan a la serie de un toque entre 'Sobrenatural' y 'Harry Potter'. Además, la madre descubrirá un secreto oscuro de su marido, el descendiente de los Locke, una familia guardiana de las llaves.
Original trama fantástica de misterio, amores juveniles, suspense y malos malísimos. Muy buena. ¡Entretenidísima!
'The Pacific' es una serie enorme, tanto como su hermana 'Hermanos de sangre'. En esta ocasión narra la terrible guerra que atraviesan cuatro jóvenes americanos en la ofensiva de su país contra los japoneses en el Pacífico.
Brutales y realistas son las escenas de guerra en Guadalcanal, Gloucester, Pavuvu, Peleliu, Iwo Jima y Okinawa a la altura de 'Salvar al soldado Ryan' (no en vano los productores son Tom Hanks y Steven Spielberg).
Robert Leckie (un granJames Badge Dale) es un estudiante de literatura que decide alistarse para combatir a los japoneses en el cuerpo de marines ante la indiferencia de sus padres bastante mayores. Su periplo será bestial, incluido romance en Melbourne, heridas graves e internamiento en su sanatorio.
Eugene Sledge (Joseph Mazzello) es un jovencito de 17 años, hijo de un médico de Mobile (Alabama) que no permite que se aliste porque sufre un soplo. Sin embargo, logrará ingresar en los marines como artillero y debutará en la salvaje batalla de Peleliu. Uno de los pocos soldados que no caerán en el salvajismo y mantendrá la mente fría ante tanta crueldad. Una Biblia en la que sobrescribe sus pensamientos le mantendrá cuerdo.
John Basilone (Jon Seda) es un sargento de Nueva York que va a la guerra con dos de sus mejores amigos, también sargentos. En la brutal batalla de la pequeña isla de Guadalcanal (como Cabrera) se convertirá en un héroe. Por ello le mandarán a EEUU a vender bonos para sufragar la campaña. Sin embargo, echará de menos el campo de batalla y a sus amigos de la gloriosa 1ª División de Marines. Mención aparte merece el papelón de Rami Malek como el soldado desquiciado, cínico y suicida Merriell 'Snafu' (Cagadas) Shelton.
Esta es una serie con un realismo sangrante, unas escenas brutales y un acercamiento personal a los sentimientos de los marines a flor de piel. Es el culmen de las series sobre la II Guerra Mundial y todo el sufrimiento que supuso en una generación de jóvenes norteamericanos de entre 18 y 22 años que se dejaron la piel en unas desconocidas y harapientas islas e islotes del Pacífico Sur, entre Australia, Filipinas y Japón.
