La verdad es que las tres primeras partes de 'Castle Rock' están más que bien. Trama cargada de suspense e intriga, algo de terror, actores de primera y ambientación perfecta.
Pero el final me dejó con cara de atontado. Aparte de que hay muchos momentos de una lentitud brutal, escenas que sobran y la trama quiere rizar el rizo más rizado de los rizos súper rizados.
Está claro que los amantes de Stephen King disfrutarán de esta serie de notable, que podría haber sido sobresaliente si no se hubieran forzado los giros y el abuso de la sobreactuación de Bill Skarsgard. Uno se harta de que aparezca medio zombi en todas la casas del pueblo.
Además, la maldición del pueblo, visto lo visto, no es tan grave ni terrorífica. Hay muchas elipses y metáforas que cuesta de entender y, por ello, no surten el efecto esperado.
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