'It's a sin' era una serie que no me acababa de convencer. Fue ver el primer capítulo, y el amor fluyó. Es de lo mejor de 2021. Porque aúna diversión con drama, risas con tragedia, ganas de vivir con Sida, tolerancia con oscurantismo. En definitiva, tiene corazón, alma y cabeza.
Las aventuras de Roscoe, Colin y Ritchie (inolvidable Olly Alexander) llegados a Londres desde Nigeria, Gales y la isla de Wight en el año 1981 nos harán tambalear nuestras ideas, sentimientos y forma de ver la vida. Está claro que estos son unos verdaderos perdedores porque son homosexuales en un mundo que intenta ocultarlo. Entre 1981 y 1991 viviremos en una montaña rusa siguiendo las andanzas de este trío al que se unirán otras muchas personas de la farándula.
Esta serie tiene sentimiento, mucho, y ofrece una versión totalmente real de un extraño cáncer que empezó a arrasar en el mundo gay. Un cáncer llamado VIH que provocaba el Sida, por entonces mortal.
Disfrutaremos con el cachondo de Roscoe viviendo la vida loca; de Colin, callado, introvertido al máximo, trabajando para un tirano; y los sueños de Ritchie de convertirse en un gran actor. El compañerismo, la solidaridad y el amor son bazas principales en esta miniserie.
Todo ello en un Londres libre y salvaje, donde el libertinaje y la fiesta campan a sus anchas sin tener en cuenta que la enfermedad y la muerte están a la vuelta de la esquina.
Memorables personajes. Escenas repletas de mala baba y humor ácido las protagonizadas por Roscoe y su familia, y Roscoe y un genial Stephen Fry (Dama de Hierro incluida). O entre la madres de Ritchie y el ángel de la guarda de este, una sensacional Jill (Lydia West).
Es imprescindible por su fuerza, poderío, intensidad y divertimento. Sentimiento en grado sumo. Lucha por las libertades caiga quien caiga y caiga lo que caiga.
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