Matrix es lo más. Sus secuelas también. Hasta que llega Matrix Resurrections (la IV de la saga) y se cepilla toda la calidad y el renombre de la serie.
Las secuencias de acción son más de lo mismo (espectaculares, pero ya nos las conocemos) y los malos actúan de la misma manera.
Nemo está como atontado, mayor y no sale de su bucle. Y el nuevo y joven Morfeo intenta ser gracioso sin serlo (es imposible alcanzar el nivel de Laurence Fishburne).
Todo muy lento, sin sentido, enrevesado, raro sin gracia...
En definitiva, a los 30 minutos la dejé de ver. A por otras series y películas que sí valgan la pena... o no!
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