Es prescindible. No es una secuela necesaria. No aporta nada. La de verdad, la de Rutger Hauer, Harrison Ford, Daryl Hannah y Ridley Scott, le da mil vueltas. Y es cien veces más profunda y perturbadora.
La primera hora y cuarto es aburridísima. La factura, eso sí, es impecable. Luego, se vuelve interesante y tiene un final potente, aunque aún no sé hacia dónde va o quiere ir.
La mala de la peli es muy mala. Y el protagonista, el que hace de agente Deckard 30 años después, Ryan Gosling, está bien, tanto como la bellísima Ana de Armas.
Soy un fan de 'Blade runner', la buena, y considero que sin secuela el mundo sería un poco mejor. Pero que tampoco molesta, aunque no la volvería a ver nuevamente. Sobre todo, creo que no vale los 11,10 euros que me cobraron. La sala, con isoner, un sonido megaespectacular, llevaba suplemento de 1,20 euros.
Demasiadas alforjas para tan poco viaje. Podría haber escarbado más en el submundo de la ciudad del futuro, añadido personajes interesantes y ampliar la lucha de los replicantes.
Al final, Harrison Ford, que solo aparece 30 minutos, se hace con toda la pantalla.
PD: Llegué a dormirme y no salí del cine porque se estaba calentito.
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