'El hoyo': la mejor película de 2020, no apta para sibaritas

    
    'El hoyo' es una bestialidad de película. Una lucha extrema por la supervivencia, a la que se une una profunda crítica social centrada en lo peor del alma humana en contraste con un sueve canto a la esperanza, a esa luz que siempre brilla en el fondo del pozo más abyecto.

    'El hoyo' lo tiene todo: acción, terror, gore, filosofía, gastronomía, suspense, ciencia ficción, surreralismo, humor negro... es una obra maestra en forma de ópera prima del director Galder Gaztelu-Urrutia.

    El hoyo es un pozo con más de 200 niveles en los que comparten hambre, sed y venganza dos personas por piso. Todas han entrado por voluntad propia a cambio de un premio o prebenda a cambio de pasar entre seis meses y un año en esta sima. Cada uno, además, puede entrar con un objeto que libremente elija.

    Nuestro protagonista es Goreng (un excelente Iván Massagué) quien entra en el agujero a cambio de un diploma. En su primer nivel, de tipo medio, coincidirá con Timagasi (un genial Zorion Eguileor -me recuerda al hermano gemelo de Carlos Pumares), al que solo le faltan dos meses para salir del hoyo. El primero ha elegido 'El Quijote' para el medio año de encierro y el segundo un afiladísimo cuchillo.

    Al principio, están en un nivel al que llega comida, pero el mes siguiente acabarán más abajo, donde no llega ni un trozo de pan... y será cuando empiece una brutal batalla por la supervivencia, entre ellos y otros habitantes del pozo que irán apareciendo en escena.

    La verdad es que la película impacta. Hay varias escenas muy duras que dañan el estómago. Hay mucha mala baba. Y en todo momento flotan en el aire las preguntas: ¿esto para qué sirve?, ¿qué objetivo quiere alcanzar este especie de estudio sociológico extremo, salvaje y brutal?

   La cinta no deja indiferente. La trama es inteligentísima y atrapara cada vez más al espectador. Es una película de excelente para arriba, Imprescindible por la historia, actores, acción y mensaje implícito.