'Slasher' es una serie de Netflix muy entretenida, una especie de 'Scream' con un punto más de misterio e igual truculencia. Recuerda a 'Halloween'. Tras unas muertes cargadas de misterio, una huérfana Sarah Bennet (una convincente Katie McGrath) regresa a su pueblo para vivir con su marido periodista. Este retorno a las raíces pone en marcha, 25 años después, a un asesino en serie que se creía desactivado: 'El Verdugo'.
A partir de ahí, la protagonista principal, Sarah Bennet, deberá esquivar la muerte e investigar sobre el origen de 'El Verdugo', quien está dejando el pueblo sin gente aplicando la ley del talión. Mata en base a los siete pecados capitales.
La tensión se mantiene durante toda la serie. El misterio por saber el porqué nos hace devorarla. Ciertamente, la historia no es nada original, ya que se vio en 'Scream' o 'Sé lo que hicisteis el último verano', pero la historia no es tan juvenil y está muy bien contada y desarrollada. Perfecta para los amantes de estas series anteriormente mencionadas y de 'Viernes 13', aunque esta última es una obra de arte.
'Bron/Broen', el puente, en sueco y danés, es una pedazo de serie que hay que ver sí o sí. Intensa como pocas, se ve de una sentada. No pierde en ningún momento ese punto de misterio y de dureza con el que se inicia. Un asesino en serie, que reivindica la paz en el mundo y el odio a la mentira y a los ricos, provoca el caos en Malmoe y Copenhague.
El puente hace referencia a que el primer cadáver con el que va sembrando Escandinavia lo deposita en medio del puente de siete kilómetros que divide ambas ciudades, una en Suecia y la otra en Dinamarca. Ahí empezará este poderoso thriller policíaco de gran carga emocional, crítica social y brutales muertes.
La pareja de policías que investiga, uno de cada nacionalidad, no puede ser más dispar. La detective Saga Norén (bestial Sofia Helin) es una copia casi exacta de la investigadora bipolar de la CIA de 'Homeland'. Su carácter poco sociable y de nula empatía con los demás hace las delicias del público porque la lleva a protagonizar, a pesar de la dureza de la serie, escenas hilarantes. Sí, de humor negro e intenso, porque su compañero, el detective de Copenhague Martin Rohde (Kim Bodnia) es todo lo contrario. Brutote, machote, le gustan los chascarrilos, algo temperamental, mujeriego... En cambio, ella sigue el protocolo al máximo y es más que sincera y espontánea en sus acciones y comentarios. Vive como en otro mundo, sin sentimientos, excesivamente racional.
Es una serie en la que se va de caza para atrapar a un criminal tremendamente salvaje e inteligente, que pone patas arribas estos idílicos países, en los que la cara B de la historia oficial es terrible. Intensa, cargada de misterio, con acción trepidante, investigaciones tipo FBI y Hombres de Harrelson, y con unas subtramas también muy poderosas protagonizadas por personajes fuera de lo normal.
Tiene reminiscencias de 'El exorcista'. En sus primeros capítulos, enamora. Es diferente a cualquier serie sobre posesiones. Tiene un ritmo calmado en una trama atractiva. El misterio hace el resto.
Hay secuencias que ponen los pelos de punta. La lucha del bien contra el mal no es aplastante y hay muchos grises. Terror y thriller que casan a la perfección.
El traumatizado protagonista, Kyle Barnes (un muy buen Patrick Fugit) investiga el por qué de su triste vida. De la mano del sacerdote dolido por circunstancias de su existencia John Anderson (perfecto Philip Glenister) irá a la búsqueda de respuestas y a la caza de un maligno de múltiples nombres y formas. El diablo es más escurridizo que nunca.
El inicio de la serie es prometedor y nos hace preguntarnos qué está realmente pasando. Muy entretenida y con golpes terroríficos. La subtrama de la hermana del protagonista también da mucho juego en este pueblo, llamado 'Rome', situado en Virginia Occidental donde parece que Lucifer y sus compinches han establecido su base de operaciones maléficas y malignas, aderezada con mala leche y humor negro.
'Los últimos de Filipinas' es una buena película. Vale la pena verla. El inicio y el final son poderosos. Hay momentos brillantes. Y otros un tanto pesados, pero estos son mínimos. Álvaro Cervantes, Luis Tosar y Carlos Hipólito, se salen. Muy bueno el papel de la tagala Alexandra Masangkay y su turbadora canción. Esta no es una película que glorifique nada. Es más bien antibelicista. Hecho en falta profundizar un poco más en la vida de estos desgraciados -y en sus interrelaciones- mandados a morir a 11.000 kilómetros de sus pueblos, envueltos en la miseria, por no poder pagar las 2.000 pesetas que les evitaban ir a la guerra.
Fue terrible. Sobrevivir a un asedio de un año los convirtió en héroes. Aunque la guerra había acabado y no sirvió de nada. Luchar por un Imperio podrido y una nación carcomida, tampoco. Pero ahí están los últimos de Filipinas, los 54 héroes de Baler. EE.UU tiene El Álamo y España, tiene Baler.
La película no tiene nada que envidiar a una superproducción estadounidense. Y el papel de h d p de Javier Gutiérrez, un sargento chusquero, es un contrapunto al posible buenismo de la soldadesca. Álvaro Cervantes, pobre hasta decir basta, cuyo principal anhelo es estudiar en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, representa lo mejor de un pueblo que siempre tuvo a gobernantes corruptos e insensibles, codiciosos y podridos. Una buena película sobre la guerra, los valores y la podredumbre del sistema donde las víctimas siempre son los individuos, lo más débil del eslabón. Son héroes para nada heróicos. PD: Lo peor, que aparece en los créditos, es que España dejó abandonados a su suerte a 9.000 personas en el archipiélago tras perder Filipinas en 1898.
Comandante Político-Militar del Príncipe
Capitán de Infantería Enrique de las Morenas y Foss, natural de Chiclana de la Frontera. Falleció por enfermedad el 22 de noviembre de 1898.
Tropa del Destacamento de Baler
2º Teniente Juan Alonso Zayas. Falleció por enfermedad el 18 de octubre de 1898.
2º Teniente Saturnino Martín Cerezo, natural de Miajadas, Cáceres.
Cabo Jesús García Quijano, natural de Viduerna de la Peña, Palencia.
Cabo José Chaves Martín. Falleció por enfermedad el 10 de octubre de 1898.
Cabo José Olivares Conejero, natural de Caudete, Albacete.
Cabo Vicente González Toca. Fusilado el 1 de junio de 1899.
Corneta Santos González Roncal, natural de Mallén, Zaragoza.
Soldado de 2ª Felipe Herrero López. Desertó el 27 de junio de 1898.
Soldado de 2ª Félix García Torres. Desertó el 29 de junio de 1898.
Soldado de 2ª Julian Galvete Iturmendi. Falleció debido a heridas el 31 de julio de 1898.
Soldado de 2ª Juan Chamizo Lucas, natural de Valle de Abdalajís, Málaga.
Soldado de 2ª José Hernández Arocha, natural de La Laguna, Tenerife.
Soldado de 2ª José Lafarga Abad. Falleció por enfermedad el 22 de octubre de 1898.
Soldado de 2ª Luis Cervantes Dato, natural de Mula, Murcia.
Soldado de 2ª Manuel Menor Ortega, natural de Sevilla, Sevilla.
Soldado de 2ª Vicente Pedrosa Carballeda, natural de Carballino, Orense.
Soldado Antonio Bauzá Fullana, natural de Petra, Mallorca (número 21 en la foto).
Soldado Antonio Menache Sánchez. Fusilado el 1 de junio de 1899.
Soldado Baldomero Larrode Paracuello. Falleció por enfermedad el 9 de noviembre de 1898.
Soldado Domingo Castro Camarena, natural de Aldeavieja, Ávila.
Soldado Emilio Fabregat Fabregat, natural de Salsadella, Castellón.
Soldado Eufemio Sánchez Martínez, natural de Puebla de Don Fadrique, Granada.
Soldado Eustaquio Gopar Hernández, natural de Tuineje, Las Palmas.
Soldado Felipe Castillo Castillo, natural de Castillo de Locubín, Jaén.
Soldado Francisco Real Yuste, natural de Cieza, Murcia.
Soldado Francisco Rovira Mompó. Falleció por enfermedad el 30 de setiembre 1898.
Soldado Gregorio Catalán Valero, natural de Osa de la Vega, Cuenca.
Soldado Jaime Caldentey Nadal. Desertó el 3 de agosto de 1898.
Soldado José Alcaide Bayona. Desertó el 8 de mayo de 1899.
Soldado José Jiménez Berro, natural de Almonte, Huelva.
Soldado José Martínez Santos, natural de Almeiras, La Coruña.
Soldado José Pineda Turán, natural de San Felíu de Codinas, Barcelona.
Soldado José Sanz Meramendi. Falleció por enfermedad el 13 de febrero 1899.
Soldado Juan Fuentes Damián. Falleció por enfermedad el 8 de noviembre 1898.
Soldado Loreto Gallego García, natural de Requena, Valencia.
Soldado Manuel Navarro León. Falleció por enfermedad el 9 de noviembre 1898.
Soldado Marcelo Adrián Obregón, natural de Villalmanzo, Burgos.
Soldado Marcos José Petanas. Falleció por enfermedad el 19 de mayo 1899.
Soldado Marcos Mateo Conesa, natural de Tronchón, Teruel.
Soldado Miguel Méndez Expósito, natural de Puebla de Tabe, Salamanca.
Soldado Miguel Pérez Leal, natural de Lebrija, Sevilla.
Soldado Pedro Izquierdo Arnaíz. Falleció por enfermedad el 14 de noviembre 1898.
Soldado Pedro Planas Basagañas, natural de San Juan de las Abadesas, Gerona.
Soldado Pedro Vila Garganté, natural de Taltaüll, Lérida.
Soldado Rafael Alonso Medero. Falleció por enfermedad el 8 de octubre de 1898.
Soldado Ramón Buades Tormo, natural de Carlet, Valencia.
Soldado Ramón Donat Pastor. Falleció por enfermedad el 10 de octubre 1898.
Soldado Ramón Mir Brills, natural de Guisona, Lérida.
Soldado Ramón Ripollés Cardona, natural de Morella, Castellón.
Soldado Román López Lozano. Falleció por enfermedad el 25 de octubre 1898.
Soldado Salvador Santamaría Aparicio. Falleció debido a heridas el 12 de mayo 1899.
Soldado Timoteo López Larios, natural de Alcoroches, Guadalajara.
Soldado Melchor Martin López, natural de Aznalcollar, Sevilla.
Soldado Luis Ruiz de la Torre, natural de Moral de Calatrava, Ciudad Real
Soldado Mariano Miguel de Marcos, natural de Marlín, Ávila
Enfermería.
Médico provisional Rogelio Vigil de Quiñones, natural de Marbella, Málaga.
Cabo indígena Alfonso Sus Fojas. Desertó el 27 de junio de 1898.
Sanitario indígena Tomás Paladio Paredes. Desertó el 27 de junio de 1898.
Soldado Bernardino Sánchez Cainzos, natural de Guitiriz, Lugo
Párroco de Baler:
Fray Cándido Gómez Carreño. Falleció por enfermedad el 25 de agosto de 1898.
Misioneros: Enviados por las tropas filipinas, decidieron quedarse en la iglesia a petición de Enrique de las Morenas.
