'Narcos 4' es una gozada de serie. Será imposible superar a la primera (Narcos1 y 2), dedicada al Cartel de Medellín y a Pablo Escobar; pero iguala o supera a 'Narcos 3' (Cartel de Cali) ya que aborda un tema de total actualidad: el terrible narco de México, el más letal desde la creación del Cartel de Guadalajara en 1980.
Al inicio de 'Narcos 4' se explica que la guerra de los narcotraficantes con el Gobierno y entre las diferentes zonas ha provocado más de 500.000 muertos en México en los últimos 30 años, lo mismo que la Guerra Civil Española y su terrible posguerra.
La serie engancha porque narra los inicios del imperio del mal mexicano desde dos ópticas. El de la fundación de un solo narco, al estilo del estadounidense, liderado por un capo de capi (jefe de jefes) 'made in' Sinaloa; y el inicio de las investigaciones de la desconocida DEA en territorio charro.
A principios de los 80 los narcotraficantes mexicanos estaban divididos y en bronca común. Pero llegó un expolicía de Sinaloa, Miguel Ángel Félix Gallardo, y consiguió su unión con lo que su escalada delictiva fue imparable. Por cierto, excelente interpretación de Diego Luna del 'jefe de jefes'. Un asunto que no hubiera sido posible sin la aquiescencia de los políticos de México, sobre todo, la DFS (el FBI y CIA del país centroamericano) y los gobernadores de los estados, la mayoría del PRI.
La acción explica como unos rudos y poco educados 'cowboys' de la agreste Sinaloa, con rasgos indios, se adueñan del comercio mundial de la droga tras empezar con marihuana y seguir con la cocaínas tras asociarse con los colombianos.
Desfilan los jovencísimos capos hermanos Arrellano Félix (Cartel de Tijuana), Caro Quintero, 'Chapo' Guzmán, Carrillo Fuentes, Fonseca Carrillo, Héctor 'El Güero' Palma, Beltrán Leyva...
Por otra parte, el agente 'chicano' de la DEA Enrique 'Kiki' Camarena se convierte en una especie de héroe ya que su tesón le lleva a investigar a fondo a los delincuentes del Cartel de Guadalajara a pesar de los escasos medios y el nulo apoyo que cuenta de sus superiores.
'El rey proscrito' es una película normalilla. El actor que interpreta a Robert Bruce es bastante malo. Con gestualidad al estilo de Jean Claude Van Damme. La historia no está mal pero carece de realismo, salvo en los combates. Todo el mundo va muy limpio y con ropas recién compradas en Primark, pese a las penalidades y atrocidades que se cuentan. No tiene alma. Le falta algo más de sentimiento. Mucho mejor es 'Braveheart', ni punto de comparación con esta película de Netflix para salir del paso. La historia está contada de manera demasiado lineal e impoluta. Apenas hay inflexiones. Un producto que se puede ver, pero que si no se visiona tampoco pasa nada. Que pase el siguiente...
'Calibre' es un peliculón. Un thriller de alto voltaje. Una película que sorprende e impacta. Una historia de lo más común se transforma, por esas sorpresas del destino, en una pesadilla en toda regla. Dos amigos que deciden celebrar la próxima paternidad de uno de ellos se van de caza a un pueblo perdido en la más profunda Escocia.
El día de la caza, tras una noche loca en la taberna del lugar, será el desencadenante de la tragedia. El pueblo es un protagonista más. Por sus gentes. Por el ambiente rural. Y por una cierta enemistad atávica con respecto a los habitantes de la ciudad.
El desenlace es brutal e inesperado. Las reglas de la naturaleza superarán a las normas más civilizadas.
Los culpables de la debacle deberán pagar cara su osadía y sus errores. Pedazo de película. Cargada de suspense y cierto terror. Absorbe y te engancha. No sabes por dónde saltará el drama. El ambiente es similar al de 'Perros de paja' y 'The ritual'.
'La llave del mal' es una muy buena película de terror. Una cinta de calidad que pone los pelos de punta y que está perfectamente interpretada por Kate Hudson. A quien acompañan los siempre eficaces Gena Rowlands (que mujer más inquietante), Peter Sarsgaard y John Hurt.
Magia, brujería y una mansión terrorífica -con una historia oscura detrás- aliñan una película en la que solo al final se destapa la ingeniosa y terrible trama. Kate Hudson, enfermera, debe cuidar de John Hurt, a quien le ha dado un ictus en su mansión, de rancio abolengo sudista. Es recibida con reticencia y poca amabilidad por la mujer del enfermo, Gena Rowlads, y en medio está el abogado de la familia, el misterioso Sarsgaard.
Poco a poco, la protagonista irá descubriendo que allí hay gato encerrado. Y despacio, pero de manera inexorable, una terrible historia se irá apropiando del espacio. Terror de primera con toques de brujería negra y algunos sustos de calidad dan forma a una cinta de notable alto, más que adecuada para los amantes del género. Mucho suspense. Muy recomendable. Da miedo.
'La gran muralla' es una película más. Entretiene al principio. Luego cansa. Porque aúna todos los clichés del género del hombre contra la bestia o las bestias. Salvo 'El guerrero número 13', el resto de cintas con temática similar son más bien flojitas. Es cierto que el inicio de 'La gran muralla' es interesante y los protagonistas son de primer nivel (Matt Damon, Pedro Pascal, Willen Dafoe), pero el guion y la acción son predecibles.
Ni la acabé de ver. Hay demasiado postureo, repeticiones de escenas vistas una y mil veces, poca profundidad en los personajes y un punto de flipadismo que provoca vergüenza ajena. Una pena. Prometía en el minuto uno. Y en el 30 ya es una peli más, del montón. Lo que pretende ser épico se convierte en patético.
