sábado, 15 de octubre de 2016
'Sobrenatural 11': superior, sangre y acidez 'made in' Winchester
No he acabado los 20 capítulos, voy por el quinto y estoy disfrutando de las aventuras de los hermanos Winchester como nunca.
Tras la 10ª temporada, más bien normalita, ni muy buena ni muy mala, para pasar la tarde de domingo en mesa camilla comiendo pipas, este mes de octubre de 2016 se puso a la venta el dvd de la 11ª temporada... y es superior, con sabor a añeko, como si fuera un whisky de malta de 25 años.
Cabe destacar el capítulo 13, que es de órdago. Dean se levanta con resaca, aturdido va a la nevera, traga comida china pasada y la escupe. "Dean llevas un chupetón en el cuello", le advierte el observador Sam, Sammy. "Ayer era San Valentín y lo siento: soy un romántico incurable. Solo cumplo con mi deber de ayudar a las damas sin novio", se justifica este sibilino amante de las patatas fritas y las hamburguesas, para añadir: "¿Sabes que es lo mejor de San Valentín?... Que no hace falta ser un príncipe azul para ponerte morado. Y ahora necesito bacon... No, necesito una birra doble".
"Prefieres a Catherine Bach antes que a Jessica Simpson?", inquiere el a veces inocente Sam al simpático bandarra que encarna Dean. "Qué le den a Jessica! Desde los 7 años sueño con Daisy Duke (personaje más que sensual de una serie de finales de los 70, interpretado por la propia Bach, que ahora tiene 62 años de edad)".
En el capítulo 14 está Lucifer jugando a marcianitos con el ordenador de los hermanos cazadores, y Dean le pregunta a Sam: "¿Te has acabado el café?" "Qué quieres que beba? Birra a las doce de la mañana?"
Hay escenas míticas, por ejemplo, cuando Dios, que adopta el cuerpo de Chuck, el guionista, echa la siesta en la guarida de los Winchester, se infla a donuts y usa el batín de Dean.
O cuando Chuck-Dios está embobado viendo juegos de ordenador o tocando música country. "Qué mal canta Dios el folk", dice Dean entre risas.
Pese a los 200 capítulos que habré visto ya desde el inicio de esta genial saga de los jóvenes, intrépidos, divertidos e inmisericordes cazadores de monstruos, demonios, vampiros, hombres lobo y espíritus, hermanos Winchester, la 11ª temporada no deja de sorprenderme.
En esta caso hay que combatir a Las Tinieblas, que escapan del control de Dios, y empiezan a esparcirse por la Tierra en forma de una niña inocente que crece a base de zamparse almas humanas y de demonios.
Con un Castiel (muy bueno Misha Collins) recuperado, Dean y Sam Winchester pelearán con un enemigo más que terrible, asociado al siempre oscuro, ácido y poco fiable Crowley, rey del Infierno, interpretado a la perfección por Mark Sheppard.
El cuatro capítulo de esta temporada es uno de los mejores de la saga. Se titula 'Bebé' y cuenta con al menos tres escenas genialmente filmadas, desternillantes a la vez que sangrientas en grado sumo. Espectacular.
Como también lo es el sexto capítulo donde la mujer de Las Tinieblas, siendo aún una adolescente, se rebela del yugo de Crowly y toma el mando.
El quinto capítulo también es de nivel superior. El pobre cazador de espíritus del pueblo, gordito y virginal, que se queda sin alma, protagoniza una trama de órdago.
Impresionante el reencuentro entre el ángel Cas y el ex escriba de Dios Metatrón reconvertido en intrépido reportero de sucesos.
En definitiva, Sobrenatural (Supernatural) regresa con todo su arsenal, sus guiños, sus guiones entre surrealistas y humorísticos al límite, y con aventuras de auténticos cazadores.
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