'Bajocero' es la sensación de Netflix es español. Es un tremendo thriller policíaco que falla a la mitad. El inicio y el final son brutales, pero a mitad de metraje, me provocó bostezos.
Sin embargo, es una cinta con poderío, fuerza y mucha adrenalina. El misterio que envuelve la trama, a mi entender, se desvela demasiado pronto, aunque la historia sabe reaccionar y tiene un final de fuegos artificiales.
Y es que el rutinario traslado de una serie de presos por dos agentes de Policía Nacional en un furgón, de noche y por carreteras secundarias, se trasforma en una pesadilla. El misterio radica en conocer qué, quién o quiénes sabotean la marcha y por qué. Algo que se descubre a mitad de metraje.
La película está rodada a la perfección como si fuera un largometraje estadounidense de los mejores en materia policiaca. El ambiente asfixiante está perfectamente conseguido. Las tomas de acción son muy buenas, lo mismo que ocurre con fotografía y exteriores.
Los actores son más que buenos. Pero falta profundizar en cada uno de ellos, lo que habría dotado a la trama de más nivel e intensidad. Pese a ello, hay momentos en los que se nos dispara el ritmo cardiaco.
Javier Gutiérrez, como el policía, serio, seco y legalísimo que conduce el furgón, está que se sale. Lo mismo que el delincuente al que da vida Patrick Criado, junto con el gran papel (demasiado contenido) de Karra Elejalde (no se le deja tampoco mucho margen para brillar), Luis Callejo (como el taimado gitano preso) o el yonqui Andrés Gertrúdix.
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