La segunda temporada de 'Penny Dreadful' pierde algo de brío. Ya no sorprenden los personajes ni las situaciones. Hay momentos de gran tensión y otros de aburrimiento. Aunque para el amante de la primera temporada, es obligatorio ver esta nueva entrega.
Lo más destacado es el último capítulo, de lo mejor de la saga. Con un cierre sorprendente, reúne lo mejor de la serie: acción, terror, suspense, frenesí, fantasía... El final es poderoso y, claro, se abre a una segunda temporada, pero sin dejarnos atisbar qué nos va a deparar la tercera parte de este cuento gótico, terriblemente impactante.
Vanessa Ives (Eva Green) no deja de sorprendernos. Ethan Chandler (Josh Hartnett) descubre su secreto. Sir Malcom Murray (Timothy Dalton) pierde interés. Victor Frankenstein (Harry Treadaway) sigue en la duda. Los monstruitos del doctor Frankenstein ganan en protagonismo. Dorian Gray (Reeve Carney)... es Dorian Gray.
Sorprende y nos obliga a disfrutar una de las hijas de Frankenstein, Lily, interpretada por una magistral Billie Piper.
La bruja madre Evelyn Poole (Helen MacCrory) y el otro hijo de Frankenstein, John Clare (Rory Kinnear) destacan por la maestría de los actores y la bondad/maldad que atesoran.
En definitiva, hay que verla, porque la ambientación de Londres a finales del siglo XIX es maravillosa y porque las criaturas que aparecen en escena son dignas del mejor Poe. Aunque la segunda parte ha perdido en la capacidad de sorprender al espectador.
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