miércoles, 18 de noviembre de 2020

'Utopía': locura, sangre, conspiraciones, humor negro, virus y mucha violencia

'Utopía' es una serie imprescindible para los amantes de las grandes conspiraciones. Y para quienes estiman la violencia extrema, a lo Kill Bill, con torturas salvajes, sangre, peleas a muerte y asesinatos por doquier. También tiene un poco de 'Alicia en el país de las maravillas'.

El humor negro sobresale como bálsamo insuficiente a una historia extrema, sobre un grupo de frikis en busca de un cómic donde se predice el futuro de la humanidad. Aquí, estos mataos, entrarán en conflicto con La Casa y La Cosecha, una corporación secreta a cuya cabeza está el Señor Conejo, el gran conspirador que no durará en arrasar para hacerse con el cómic 'Utopía'.

Sensacional es la primera parte que transcurre en un encuentro de los frikis amantes de 'Distopía', otro cómic basado en el cotizadísimo 'Utopía'. En el hotel donde se celebra esta especie de meeting de anime y personajes disfrazados de sus ídolos del cómic, tendrán lugar unas de las escenas más salvajes, entre las muchas con las que cuenta la serie.

El grupo de frikis principal sufrirá de lo lindo en su caza de 'Utopía', asediados por la heroína menos heroína de la historia (Jessica Hyde) y la pareja de matones de 'La Cosecha', dos seres como salidos del psiquiátrico de 'Alguien voló sobre el nido del cuco', Arby (Arenque Bypolar) y Lee.

Entre los freaks-monstruitos destaca la líder, la bella cortadora de césped Sam; la gafotas y enferma Becky; el tímido y cagón vendedor de seguros Ian; Wilson, el obseso de las conspiranoias que se ha construido un refugio nuclear en el jardín; y Grant, un niño que vive en una casa de acogida y que se hace pasar por un opulento millonario.

Después está el actor John Cusack que da vida al poderoso propietario de la principal empresa farmacéutica de Estados Unidos, que pretende vacunar a toda la población para acabar con una extraña y virulenta gripe aparecida de manera misteriosa.

En definitiva, es una potente serie, remake de la homónima británica de 2013, convertida en culto para cinéfilos con cierto toque de extravagancia.

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