El tema está en que la niñata -no llega a repelente- se cría sola con su madre, una excelente Helena Bonham Carter, en el castillo de la familia tras el fallecimiento del padre y la marcha a Londres de sus hermanos.
Allí vivirán libres y felices practicando el esgrima, leyendo libros y cargándose los bustos de reputados familiares a golpe de raquetazos en pleno salón de tan magnífico caserón.Pero un día desaparece la madre, la niñata va ser internada en una institución de señoritas por su ahora tutor, Mycroft, y esta, haciendo uso de su libre albedrío y de las enseñanzas de su madre, decide escapar a buscar a su progenitora que ha ido dejando migas de pan en forma de enigmas para ser hallada.
PD: El Sherlock Holmes que aparece en esta serie es el menos creíble de la historia. Ni carisma, ni misterio, ni ná, de ná.
¡A perder el tempo a otro sitio!
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